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FORMASALUD TUNJA

Fundación para la Educación en Salud Marie Poussepin 
Institución para el Trabajo y el Desarrollo Humano

Marie Poussepin

Nuestra fundadora

Marie Poussepin nace en Dourdan (Francia), es bautizada el 14 de octubre de 1653 en la Iglesia de Saint Pierre por el párroco Etienne Legou. Pertenece a una familia de artesanos, dedicados al trabajo de confección de medias de seda, tejidas con aguja, a mano; gozan de buena situación económica. Es un hogar cristiano comprometido a nivel religioso y cívico: el padre, Claude, colabora en la gestión parroquial; la madre, Julienne Fourrier, es tesorera de la Cofradía de la Caridad, dedicada a socorrer a los enfermos pobres.

El 13 de noviembre de 1697, Marie Poussepin firma un acta ante notario, en la que declara explícitamente su voluntad de fundar en Sainville "una Comunidad de la Tercera Orden de Santo Domingo, para utilidad de la parroquia, para la instrucción de la juventud y el servicio de los pobres enfermos". Marie expresa así, de manera clara, su intención de fundar no una simple asociación caritativa o un grupo de trabajo para ayudar a los pobres sino una comunidad estable, arraigada en la espiritualidad dominicana, con una única razón de ser: el anuncio de Jesucristo, por el servicio de la caridad. 
Innovadora en su tiempo, Marie Poussepin no quiere ni clausura ni votos solemnes para sus hermanas: "Irán donde sean llamadas" para prestar allí sus servicios de caridad. Coherente con esta intuición, en 1697 envía a dos hermanas para que se ocupen del Hospital de Janville, población situada a treinta kilómetros de Sainville, atendiendo a la petición del obispo de Orleans. A esta petición se suman poco después muchas otras. La piedad, la caridad de las hermanas así como la efectividad de sus servicios impulsa a los obispos a solicitar la presencia de las hermanas en las parroquias.
"La primera comunidad dominicana femenina de vida apostólica"
«No habiéndome reservado nada, no poseo nada» escribe Marie Poussepin, en su último testamento. Dios la hace instrumento de la obra de la Providencia y ella acepta ser la servidora fiel y prudente de ese proyecto con la entrega incondicional de su vida y de sus posibilidades. Ahora, noventa años después de haber iniciado el camino de la vida, Marie vislumbra cercano el fin.

“Es preciso que la persona que se dedique al cuidado de los enfermos sea: caritativa con todos, dulce y paciente para soportar los defectos que acompañan la enfermedad, diligente, hábil, prudente, ordenada, pronta para responder a las necesidades del enfermo y que su comportamiento  inspire a todos los que entren en relación con ella”

Marie Poussepin - Cuidado de Enfermería

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